SONETO
Caminando las sendas del destino
hablando voy conmigo siempre a solas,
y hasta me cuento suculentas trolas
mientras descanso en medio del camino.
Y cuando así sucede me imagino
que soñando en un campo de amapolas,
me bato en un hermoso mar de olas
hasta indagar su fondo cristalino.
Bien cerca ando que sanen mis complejos
cuando a estas alturas de la vida
parece que lo vaya superando,
y ojalá me funcionen los reflejos
trincando los problemas por la brida
mientras pueda seguirme preparando.
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