DÉCIMAS ESPINELAS
Amante de lo sencillo
soy yo por añadidura,
aunque ya sin dentadura
también me paso de pillo.
Será que desde chiquillo
buscándome las lentejas
ordeñando estuve ovejas
y tiempo no me sobraba
para limpiarme la baba
tirando de las orejas.
Hoy tan sólo me desvivo
por alcanzar un mañana
con la melena bien cana
por parecer objetivo.
Por eso la bronca esquivo
aunque a veces los marrones
pisándome los talones
día y noche me persiguen
y quiera Dios no me obliguen
a renegar de mis dones.
De sobra sé que mis huesos
a duras penas responden,
y ya a menudo se esconden
por no caer en excesos.
Quien sabe si ya mis sesos
tumbos dan de lado a lado
dejándome incluso helado
cuando el reflejo me falla
cuando dar no doy la talla
es un decir, por cascado.
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