SONETO
El hombre libre en el poder no encaja,
si sabe que asumiendo sus horrores
el ridículo hará con dictadores,
que sus trucos harán con la baraja.
Por eso el buen soldado se rebaja
mientras besa a la insignia los colores,
como quien piensa aún de mil amores
no dejará de ser hombre de paja.
Igual da si su honor empeña y jura
si una vez se escabulle en la trinchera
a merced quedará del enemigo,
que por hacer lo propio si se apura
la misma mala suerte allí le espera
por mucho que se tire del ombligo.
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