SONETO CAUTIVO
NOS CRECEN LOS ENANOS
Pues si yo regalara
mi heredad por un plato de lentejas,
tal vez tuviese menos canas viejas
que mi mejor amigo hoy también deseara.
Pues nunca yo tendría quien al final me amara
aunque a mi libertad pusiese rejas,
donde a diario me diesen de collejas
incluso por la cara.
Tal vez jamás seremos como hermanos
si al mundo lo alimenta de igual forma la envidia
una vez que se olvidan los consejos,
ya que sin darnos cuenta nos crecen los enanos
aún viendo que mucho nos fastidia
que rara vez los ricos asuman sus complejos.
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