D�CIMAS ESPINELAS

Mientras la observa quemar
pensando est� la vecina
en que ascuas a la sardina
tendr� pronto que arrimar.
Porque quien la fue a pescar
el ojo ya le est� echando
que al fog�n se est� arrimando
justo como si tal cosa
por si le viera la esposa
que de celo est� bufando.

Quien sabe si el salmonete
estuviera m�s sabroso,
que pinta de apetitoso
tiene el marido zoquete.
Pues de veras que promete
un excelente bocado
que si en la mar fue pescado
con buen arte y con esmero
no cuela poner un pero
al convite regalado.
Que una vez sobre la mesa
tantas viandas con el vino
perder no nos cuesta el tino
leyendo la letra impresa.

Que de haber cualquier sorpresa
al ser verbena privada
nunca habr� de pasar nada
que turbe a los invitados
cuando de alcohol cargados
joven es la madrugada.

Luis Pérez