SONETO
LA VOZ DE LA INOCENCIA
Escuchemos la voz de la inocencia,
sin que ningún prejuicio nos lastime,
pues la pereza no ha de ser sublime
queriendo establecer la diferencia.
Tiempo tendremos de pedir clemencia
si acaso nos sorprende y nos deprime,
que en nada beneficia a quien oprime
expresarse ante el juez con elocuencia.
Si como pájaros recién nacidos
hasta que demos los primeros pasos
dependientes lo somos al instante,
tanto que de mayores deprimidos
y cautos maldecimos los fracasos
que tirar no nos dejan adelante.
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