SONETO
MAL DE AMORES
No retengas mujer mi mal de amores
si no me das calor ni me detestas,
cuando a todos mis cálculos contestas
sin hacerme siquiera los honores.
Que gozar ya no gozo tus ardores
y mucho menos cubro tus apuestas,
las que entre sumas y un montón de restas
me vas cubriendo el alma de temores.
Pues quizás el deseo que persigo
sea, demonios, el que más me asusta
aquí en el laberinto de mis pasos,
donde si fuera lúcido conmigo
diría que tu don no me disgusta
dispuesto a disfrutar según los casos.
|