SONETO BLANCO
DESGRACIADO DEL CREYENTE
Desgraciado será todo el que muere
y a los cielos no va siendo devoto,
quizás porque al creer sin garantías
se confió demasiado del profeta.
Mucho mejor sería en todo instante
disfrutar del presente aquí y ahora,
teniendo claro igual que los sermones
en la recámara contienen truco.
Y es que una vez decae la esperanza
la depresión se da ya por segura
en una vida llena de prejuicios,
donde a sus anchas campa libre el capo
mientras desvalijando al más humilde
falta no haría nunca que lo jure.
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