SONETO
LOS OJOS DEL ALMA
Cuando los ojos íntimos del alma
pasean su mirar de hijo avieso,
sobre el silencio que parece en calma
con gusto a mis orígenes regreso,
porque siendo mi cuerpo quien la palma
parece extraño que no extrañe un beso,
cuando no es la razón quien se desalma
ni es para los sentidos un progreso.
No quisiera afrontar locuaz la muerte
pasando de la euforia al desencanto,
y convertir mi vida en un castigo
por todo lo que ayer creía suerte,
todo comodidad y fiel encanto
que hoy se vuelva voraz también conmigo.
|