SONETO
CARENTE DE ALEGRÍAS
Carentes por supuesto de alegría
a diario se revelan mis entrañas,
quizás porque crujientes las castañas
a recogerlas nadie ayudaría.
Y elegante quizás nunca sería
que me cuenten diabólicas patrañas,
con las cuales sellar las artimañas
de quien sin hambre igual las comería.
Pues sonadas parecen las sospechas
ante las cuales nadie se conmueve
si suculentos son los beneficios,
que las arcas revientan satisfechas
por más que en el cerebro truene o nieve
siendo aún los derechos vitalicios.
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