MADRID
Hoy a Madrid dedico mis soneto
porque valoro mucho sus entrañas,
siendo donde dorando mis castañas
doté de compostura mi esqueleto.
Porque nunca en Madrid estuve quieto
logré recomponer grandes hazañas,
y a trabajar me puse con mis mañas
con seriedad, orgullo y gran respeto.
Así será por qué Madrid acoge
a quien se busca con sudor la vida
sin que importe color ni procedencia,
cuando sus frutos al final recoge
al suponer la única salida
que al ser humano acalla su conciencia.
|