SONETO
A VECES ME REPROCHO
A veces me reprocho no sentirme
el dueño de mi cuerpo casi nada,
haciendo mi camino de pasada
un atajo, capaz de permitirme
llevar con dignidad y sin herirme,
esa vida feliz y tan soñada
que una vez resultó tan apreciada,
desde donde ni en broma quiero irme.
Pero entre tanto vértigo de altura
el cerebro elucubra sus historias
en un perenne estado de ansiedad,
mientras el ego loco de locura
represente con flores sus victorias
logrando del esfuerzo la amistad.
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