SONETO
LA FELICIDAD
Hoy la felicidad de mí depende
cuando no de mi propia circunstancia,
separando por cierto la distancia
que el debido respeto recomiende
Porque jamás a disfrutar se aprende,
si acaso los prejuicios de la infancia
te hunden sin pudor en la ignorancia,
aunque nadie de veras lo comprende.
Porque cuando sin trabas hoy se educa
tan evidentes son los resultados
para los hijos, padres y rectores,
cuando una normativa ya caduca
podría corromper a los Estados
ante cualquier desliz, de mil amores.
|