SONETO
LA SUERTE NO SE MERECE
No quisiera expresar mi sentimiento
si no tuviera ganas de salvarme,
pues suerte tengo aún de no matarme
al buscar en los mares mi alimento.
Que alguna vez al verme sin aliento
luchando mogollón por no ahogarme,
a punto debí andar de confesarme
creyendo merecer algún tormento.
Conocer no conozco otra fortuna
que no dependa, Dios, de mi trabajo
ni de ninguna amena fantasía,
quien sabe, si ya yo desde la cuna
mandé la suerte lejos al carajo
al creer que jamás la merecía.
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