SONETO
LA PAZ DE MI ALMOHADA
A soñar me llevó tu tierno abrazo
ante mi soledad indiferente,
haciendo que chirriase de repente
todo mi pundonor en tu regazo.
Pero tal que la herida de un flechazo
ni un momento saliste de mi mente,
llevándome a sentir divinamente
sin experimentar ningún rechazo.
Por eso aún conservo algunos sueños
bien cerca de la paz de mi almohada
que igual se esfuerzan por seguir alertas,
porque muy grandes fueran sus empeños
para cuidar con fe de su morada
al dejar mis entrañas siempre abiertas.
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