SONETO
NUNCA SABRÉ
Nunca sabré que ronda mi inconsciente
que abarrota de intrigas mi intelecto,
variando de apariencia con su aspecto
sin casi darme cuenta y de repente.
Hoy no quisiera abandonar mi mente
despierta para dar fe de su efecto,
por si acaso a mitad de su trayecto
cambia su decisión y se arrepiente.
Porque si entretenido en la faena
advirtiese la escena algo borrosa
después de caminar desprevenido,
nunca fuera a dejar en mano ajena
mi voluntad alegre y vanidosa
fácil hasta no estar lejos del nido.
|