SONETO BLANCO
NADA ES PARA SIEMPRE
Si nada es para siempre, compañero,
de poco vale parecer honrado
cuando morir de gusto, aún se dice,
a cualquier cirujano le molesta,
al observar que un pero se interponga
si ve que los remedios nadie paga
mientras el malherido está cadáver
sin dinero, sin plata, sin amigos.
A chino suena, dios, la religión,
herramienta magnífica y muy útil
puesta al servicio pérfido de herejes,
quienes no dudan en usar sus dones
si sienten que sus rentas disminuyen
y barato se vende su petróleo.
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