ENÉADA
VIENDO COMO TE MANEJAS
Viendo como te manejas, no seré de ti cautivo
si del placer de medrar tan a menudo me privo
obviar nunca yo pretendo, lo que disgustado escribo.
Será que corresponder, no consigo a cualquier precio
porque mucho me molesta, a diario pecar de necio
si por mí tan sólo sientes un vergonzante desprecio.
A pensar justo me inclino, que libre quisiera amarte
que todo lo que me ahorre, a menudo en cuestionarte
si algo de cariño queda, malamente se comparte.
|