SONETO
CON LA SONRISA SIEMPRE PUESTA
De llevar la sonrisa siempre puesta
y la rabia metida en el bolsillo,
a las palabras doy a diario brillo
porque al instante brotan de la cesta.
Fácil será que mi razón detesta
mirarme como un cándido chiquillo,
que sin hacer encaje de bolillo
de bulto nunca va a ninguna fiesta.
Pues muy cansado estoy de recibir
todos los palos en la misma herida,
cuando ya sin comerlo ni beberlo
dejarme no me dejan decidir,
ni tampoco escoger sutil salida
donde el tino pudiera yo perderlo.
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