SONETO
PRENDADO
Prendado al observar tu busto quedo
porque tengan tus pieles tal pujanza,
que no pierdan mis ojos su confianza
si al verte bajo el sol no retrocedo.
Y es que si no buscara amor con miedo
donde se hace valiente mi templanza,
flaco favor le haría a la esperanza
si yendo de don Juan igual me enredo.
Quiera Dios que escuchar el alma elija
y lúcida en mitad de la penumbra
sin prejuicios resulte transparente,
porque si en su interior se regocija
y un atisbo de gozo se vislumbra
la ocasión me aconseja que lo intente.
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