SONETO
PLACER EN POS DEL EGO
Tras la queja de un nuevo amanecer,
queriendo ver placer en pos del ego,
rechazo la existencia de otro apego
que en vida no merezca merecer.
Si es que nadie apreció mi mal perder
o me pudo la angustia, que no niego,
que pregunto si tanto desapego
no me llevó a rehuir del malquerer.
No dejo de admirar desde la cuna
el milagro que menos me lastima
haciendo de una lágrima el Atlántico,
y trato de olvidar esa laguna
que si no me daña, mucho me anima
a revivir el sueño más romántico.
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