SONETO CAUTIVO
VIVIR EN PAZ
Mis huesos sólo aspiran
gozar en paz los días que les quedan,
vivir sin lamentarse mientras puedan
sabiendo que muy pronto del mundo se retiran.
Porque ya las neuronas a menudo deliran,
tanto que por los montes solas ruedan
poniendo corazón si no se enredan,
si no es que se reviran.
Así lo acepto con sutil disgusto
porque la vida alegre demasiado me encanta
aunque parezca que se acaba el cuento,
pues sólo de pensarlo ya me muero del susto
hasta tapar mi piel con una manta,
tal vez, fantaseando que alivio el pensamiento.
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