SONETO
VOLVERSE LOCO
Cuando un avance audaz sirve de poco,
y toda esa ambición veraz de antaño
pierda la fuerza pronta de un apaño,
es muy fácil volverse medio loco.
Pues mientras no se olvide ese sofoco,
quizás no se repare ningún daño,
subiendo sin motivo ese peldaño
que al paso sirva de calmante al coco.
Como si el sentimiento no supiera
que es muy importante mostrarse vivo,
con hambre de razón y de esperanza,
para que traiga luz la primavera
y la felicidad del colectivo
en pie mantenga toda su confianza.
|