SONETO
EN QUÉ MUNDO VIVIMOS
Que pena que no existan ya quijotes
que contra los tiranos arremetan,
que con el corazón se comprometan
dándoles de pasada unos azotes.
Que de adorno no sirvan los bigotes
y al corrupto en las cárceles le metan,
porque las leyes todas se respetan
aunque algunos se traguen sus rebotes.
Y me podrían acusar de loco
al querer afirmar que sutilmente
la razón nos educa y nos vigila,
al demolernos sin parar el coco
de manera sutil y muy consciente
desde que nos bautizan en la pila.
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