ENÉADA
CUANDO LA DAMA SE TURBA
Cuando la dama se turba y el amante se desmaya
porque sumiso, a propósito, tan sólo obedece y calla
como gorrión mancillado, mejor tire la toalla.
Del amor y sus delicias, hablar mal no se aconseja
siempre que en boca de todos, si el diablo nos despelleja
lágrimas nos cubrirán, fácil de oreja a oreja.
Pues lleno está el romancero de distinguidos villanos
que prometiendo la gloria, con sus cantos gregorianos
a conveniencia el amor, se les vuela de las manos.
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