SONETO
PASAN LAS HORAS TAN DEPRISA
Como pasan las horas tan deprisa
que al despertar el cuerpo remolón,
lo cubro con un buen caparazón
y de reojos suelto una sonrisa.
Ni tiempo que perder con tanta prisa,
al trabajo me llego de matón,
donde me creo el dueño fanfarrón
poniendo la mirada de pesquisa.
Si volviendo la vida del revés
donde nadie parece tener miedo,
esta historia de buenos y bandidos,
día a día se cumple cada mes,
pareciendo importar tal vez un bledo
a quienes han de ser favorecidos.
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