SONETO
CON LA MOSCA TRAS LA OREJA
Con la mosca zumbando en mis orejas
abro los ojos siempre cada día,
temiendo el escuchar la letanía
en forma de sermones y collejas.
Pues sólo garantizo mis lentejas
con una buena dosis de ironía,
después de recargar la batería
lo más lejos que logro de las rejas.
Que inocente llegué por estos pagos,
y muy pronto aprendí de sus maldades
a base de codazos y cachetes,
pues brutales recuerdo aquellos tragos,
tanto que así carezco de amistades
por miedo a que me pongan los grilletes.
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