ENÉADA
HURGANDO EN TUS CICATRICES
Si te aparto de mi lado, lo hago siempre por tu bien,
teniendo claro, a propósito, que si yo te digo ven
con los dos ojos cerrados, podrías decirme AMÉN.
Quien sabe si caminando con las orejeras puestas,
que te den sabios consejos, de vez en cuando detestas,
cuando por sabidas das, casi todas las respuestas.
A sopesar yo me inclino, que hurgando tus cicatrices
nada claro quieres ver, más allá de tus narices
pensando incluso que juntos, podremos ser tan felices.
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