ENÉADA
OJALÁ SACIE EL TORMENTO
Ojalá sacie el tormento de este rumbo sin destino,
porque al compartir contigo las privanzas del camino
el amor nos bendijera, con su magno don divino.
Pudiera ser que sintiéndome de tu cariño sediento,
recobrar me cueste mucho, delante de ti el aliento
sabiendo bien cono sabes, que herido mi sentimiento,
en mitad de ese dilema, me corroe la congoja,
cuando darse bien pudiera la agradable paradoja,
de que cese entre nosotros el tan cruel tira y afloja.
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