SONETO
CON LA CONCIENCIA A REMOLQUE
Con el cuerpo cansado, la conciencia
a remolque funciona, que ni vive,
y sin control tortazos ya recibe
temiéndose una fatal penitencia.
Ya fuese o no, usufructo de la ciencia,
la mente cuando puede bien se inhibe
de todos los peligros que percibe,
aunque sólo los trate en apariencia.
Porque la hiel que yace reprimida
viva reaparece algo más tarde
rondando su recuerdo por la mente,
tal que lo hiciera rota y convencida
por mucho que a la fe quizás escarde
y de rabia el cerebro se reviente.
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