SONETO
MALAS INTENCIONES
Siempre que los ladrones de gallinas
visiten sin pudor los gallineros,
impotentes protestan los granjeros
cuando apenas disponen de letrinas.
Pudiera ser que a veces las doctrinas
mangonean con arte a los banqueros,
exhibiendo las letras sin más peros
aplicando sentencias asesinas.
Pues ingenio les sobra a los mangantes
para llenar de pasta sus bolsillos
poniendo a trabajar sus intuiciones,
promulgando medidas inquietantes
tal que fueran auténticos belillos*
cascando con sus malas intenciones.
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