ENÉADA
ECOS QUE SABEN A GLORIA
Ecos que saben a gloria me llegan de la otra orilla,
que si con versos divinos, me acarician la mejilla
esta noche a buen seguro, dormiré de maravilla.
Pues siempre sano resulta compartir nuestra amistad,
y más si comprometiendo con estima la verdad
un gran oasis hacemos, de nuestra felicidad.
Será que con INTERNET, este mundo es un pañuelo
y si poner ya ponemos en contestar mucho celo,
no caerá en saco roto, nuestro más noble consuelo.
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