ENÉADA
A NADIE LE VENDO LA MOTO
Yo a nadie milagros gratis, por si la moscas prometo,
ni tampoco a la opinión, del más listo me someto
si es que a lo sumo alardeo de no pecar de indiscreto.
Porque de mis decisiones, soy desde luego consciente
y de mis propios principios convencido y consecuente,
esperar jamás espero, el permiso de un demente.
Será que hacer me disgusta, tan a propósito el tonto
que a mi bola las batallas, como puedo me las monto,
por si a caso a la ligera, los obstáculos no afronto.
|