SONETO
QUIEN LA PÍLDORA DORA...
Quien la píldora dora a buen seguro
que a rayos deberá también saberle,
si encomendándose a cualquier conjuro
sus prejuicios pudieran sorprenderle.
Será que insensatez peor no existe
que tropezar de bruces con la propia
sombra, y si el despropósito persiste,
quedarse sin palabras en la inopia.
Que si acaso a los pobres esa suerte
justo por la solapa les sujeta,
mejor será que el diablo les despierte
y en las manos les ponga una escopeta.
Pues basta ya de ser unos esclavos
sin fe ni dignidad por tres centavos.
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