SONETO.-
DÁNDOME BIEN DE TORTAS ME EDUCARON
Dándome bien de tortas me educaron
en un poder que no admitía quejas,
corriendo el riesgo de perder las cejas
cuando hasta de caparme amenazaron.
Y a propósito en bragas me dejaron
al tener que buscarme las lentejas,
solventando ecuaciones tan complejas
que sus secuelas en mi piel dejaron.
Pues siendo la cultura un instrumento
tan eficaz de represión global,
ninguna discusión en contra cabe
que no logre explicar el sufrimiento
bajo el cual hasta el orden natural
diría que sus técnicas no alabe.
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