SONETO.-
SIN OLVIDAR LAS HUELLAS DEL ARADO
Sin olvidar las huellas del arado
ahora me manejo con la pluma,
lo cual a mi curriculum se suma
por más que esté del tajo jubilado.
Que si triunfos jamás he cosechado
el descontento de verdad me abruma,
porque si la esperanza me la esfuma
la suerte he de tener del ahorcado.
Quien sabe si las lágrimas se fijan
a la piel desde niño a la vejez
sin que en vida jamás nos abandonen,
tanto que si en la mente se cobijan
nos podrán amargar la madurez
por mucho que las culpas se razonen.
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