SONETO.-
DE DIOSES NECESITADOS
Tan absurdas resultan las creencias,
que hallando en sus proclamas acomodo
como propias tomamos sus esencias,
aunque hundidos estemos en el lodo.
Pues pendientes de un dios necesitados
andamos inseguros por doquier,
de forma que a propósito educados
más allá no logramos nunca ver.
Digo bien, más allá de las narices,
si es que entre una montañas de temores
seguimos al poder sus directrices,
sólo por no incordiar de mil amores.
Así pensar que el sol hoy nos derrita
duele, que ni soñar no nos permita.
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