SONETO.-
DUDAR DE LOS PROFETAS
No dudo en desconfiar de los profetas
que en vendernos se esfuerzan sus visiones,
siendo a posta conscientes de sus dones
al vernos como incautas marionetas.
Pues con sus artimañas tan discretas
de pisarnos no cesan los talones,
con tantas maliciosas intenciones
que sentirnos nos llevan cual güevetas*.
Venga usted a saber que beneficios
pudieran ocultar bajo la manga
una vez nos observan tan devotos,
cuando son los favores tan ficticios
que parecer parecen una ganga
de tiempos hechiceros tan remotos.
** adj/sust. Pa. Referido a persona, necia, tonta.
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