Palabras nunca dichas,
cartas nunca enviadas,
versos no leídos,
almas solitarias.
Nunca oí de tus labios
un te quiero, solo vi
en tus ojos ardiendo
el deseo.
El miedo corroe
todo mi cuerpo
la desconfianza
se anida en mi pecho.
Nunca me quisiste
solo deseaste mi cuerpo
cuando te pregunto
esquivas la respuesta.
El deseo se acaba
cuando es satisfecho......
|