Me estremezco en las deshoras
de este negro sin limites,
tu vacío quebró los silentes
recuerdos donde moras.
Eres agua dormida en el marasmo
del fluido sanguíneo,
sólo te presiento en el sarcasmo,
de la levitación del aire ebúrneo.
Me estremece el humo de mi mente,
cuando palpo tu aire,
cuando te siento ausente.
Cuando te siento cerca y presa,
cuando el miedo al desaire,
me hace seguir a tus labios de fresa.
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