Sin saber cómo te llamas,
apárecen aquí varios nombres;
si el tuyo aquí hallas,
me dará un gusto enorme.
Hay algo más que quiero decir:
cada nombre tiene su significado;
espero que el tuyo puedas descubrir
y que este esfuerzo, sea de tu agrado.
Eda, la llena de salud,
Waldo, el de espíritu audaz;
Hebe, flor de juventud,
Vanessa, la que tiene vanidad.
Norma, la que pone reglas,
Rafael, la medicina de Dios;
Cibeles, diosa de la Tierra,
Camila, que está presente en Dios.
Patricia, que es mujer noble,
Mario, que es varonil;
Norberto, luz que llega del norte,
Yasmina, bella como el jazmín.
Eduardo, el que es guardián,
Socorro, la que presta ayuda;
Leonardo, que es fuerte y audaz,
Talia, la que es fecunda.
Tania, la bella princesa,
Natacha, la que nació en Navidad;
William, resuelto a la defensa,
Sancho, consagrado a la divinidad.
Ramiro, que tiene un fuerte ejército,
Verónica, la que alcanza la victoria;
Salomón, el rey pacífico,
Estefania, coronada por la victoria.
Ursula, graciosa como una pequeña osa,
Evelia, la que da alimento;
Emilia, la gran trabajadora,
Julia, que tiene el cabello crespo.
Hermes, anunciador de los dioses,
Obed, siervo de Dios;
Edith, la que tiene posesiones,
Orfeo, que tiene bella voz.
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