Hay que escribir todo en silencio,
para que las ideas no se vayan,
para que el sentimiento aflore recio
y las palabras expresen lo que se calla.
Hay que escribir todo sin prisas,
saboreando las copas de la inspiración,
aquilatando con letras las horas idas,
recordando tal vez alguna canción.
Hay que escribir todo sin cadenas,
dejar que sean libres los temas,
que fluyan éstos por decenas o centenas,
con sabor a café y un poco de crema.
Hay que escribir todo con sentimiento,
las letras deberán ser de color amor,
perfumadas de razón y entendimiento,
hay que escribir de todo con pasión.
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