Señora silenciosa de la noche
en alba luz de luna tu manto tiendes
cubriendo los claros suspiros de los amantes
y los versos callados del novel poeta.
Señora guardiana de ilusiones
en diáfanos rayos de luna las cadenas tiendes
apresando los sueños de los enamorados
que eternos se vuelven en sus corazones.
Señora testigo del tiempo infinito
en claros reflejos de luna el amor recreas
incendiando pasiones, con besos y promesas
que mueven los cielos y un nuevo universo inventan.
Dime, señora, que tan bien conoces
del soñar despierto, del amor y desamores.
Dime si acaso tú un secreto escondes
cuando tu cara ocultas y ni al sol respondes.
Dime, luna,
si lo que tú guardas
es ese
mi dulce secreto.
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