En tus brazos yo me entrego
madre mía de los Cielos,
es tanta mi soledad
y tanto lo que te quiero.
Yo tanto te necesito
que si me pongo a rezar,
mi alma se va llenando
y me da tranquilidad.
Me devuelves la alegría
eres la madre de todos,
pero también madre mía,
Madrecita de Los Cielos.
Te quiero Virgen Bendita
cuando el rosario yo rezo,
mi alma llenas de dicha,
¡No me desampares madre!.
“Que solo te tengo a ti,
y de rodillas te pido,
con todo mi corazón,
que tus brazos me recojan,
para llevarme hasta el Cielo.”
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