Y aquí estoy yo, sentado ante la mesa,
a punto de tomar los sagrados alimentos;
leche, cereal, frutas y algunas galletas,
desayuno apetitoso, nutritivo, suculento.
Una foto me recuerda a los niños huérfanos,
abandonados a su mala y triste suerte,
quizás con padres y hasta hermanos,
pero sin ellos, con aroma y color de muerte.
Y no me queda más que lamentar
tan dura e injusta situación,
de niños sin amor, huérfanos sin pan,
de impotencia me llega fuerte sensación.
Sin duda, muy afortunado soy;
y yo, a punto de tomar los alimentos.
Ya no me quejaré, ni renegaré de nada hoy,
procuraré hacerlo así, en todo momento.
|