¡Pero qué noticia! La niña se casa
y sus padres ignoran tal acontecimiento;
será uno de estos días, no importa la semana,
no habrá misa, ni baile, ni fotos ni video.
Virginia se casa. Así es la vida...
Bueno, mejor dicho, su inevitable destino.
No hay preparativos; para qué las prisas;
ella será, tan joven, madre de algún niño.
Virginia vive de fijo en las calles,
duerme en el fondo de oscuras alcantarillas
y nadie, ni ella misma, imagina en qué acabe.
¡Pobre Virginia, apenas es una niña!
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