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| A Julio Herrera y Reissig |
| Grandioso bardo que te florilegias, corolario de las panteras nubias, a nosotros tu coraz n efluvias con el toque ambiguo de tus sinergias. Bardo exquisito y poeta egregio, habr de ... |
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| La noticia |
| Surgi el sol radiante, de la nada, cuando esperabas anhelante la primicia, pues pude ver en tu boca la sonrisa y de tus ojos la l nguida mirada. El papel tembl en tus manos, trepidante, ... |
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| Dioses del Olimpo |
| Dioses del Olimpo, grandiosos seres, de fastuosa y gran magnificencia, dadme siempre a nombre de la ciencia de la ol mpica flama los poderes. Poderes incomparables, bellos, como el ... |
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| El águila. |
| Reg lame ¡oh! guila altiva la cumbre de tus altos vuelos, de tu ala la pluma sensitiva de tu alma... inmarcesibles cielos. Dadme tu altivez so ada en himnos, en cadenas rotas, en tu ... |
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| México y España |
| PROEMIO Vine hoy, sin rencores ni ficciones a saldar la antigua deuda de una plaza anta o conquistada, a fundir en mis arterias y mis venas el color de la alborada con la cobriza sangre ... |
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| De la vida y la muerte |
| Hoy no vine a deleitarme de espejismos en las altas cumbres de mi alma ni a celeste encanto ma anero en la tristeza del dolor se ero vine a escuchar el fragor de los ca ones a este mundo mendaz ... |
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| Las tardes solariegas - Soneto XV |
| Reconozco de tu alma los secretos, de tus pr stinos labios, la pureza, y la fragancia que de pronto asoma en tus castos y virginales besos. Pues si me atrevo con audaz codicia a pensar en algo ... |
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| Tu boca |
| Del Greco me parecen los bosquejos de tu boca de labios tan carnosos, pues los besos sellados por tu boca dibujan mis acentos circunflejos. Reflejos son, pasi n edulcorante, de ... |
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| Me place complacerte |
| Me place complacerte tanto, en tanto con tu placer me plazco pues en la vida a mi coraz n complazco si placer se llama lo que te place tanto. Por ese amor celeste yo renazco al pretender que tu ... |
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| Tu ausencia |
| D jame sentir tu ausencia sin que presienta tu olvido y en mis m s caros sue os rodear tu talle encendido, para luego gozar con mis labios tu cuello, tus hombros, tus p mulos, tus brazos y tus ... |
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| Mariana |
| Mariana Tu as se llama una ni a soberana a la que he besado los pies. Y mi pecho de amor se inflama si me dedica un requiebro o si me mira a los ojos la dulce y bella ... |
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| Priscila |
| Te quiero decir, Priscila, en homenaje a tus sonrojos que voy a sembrar tus ojos en el jard n del ed n, para que crezcan dos soles de mirada enso adora y todos sepan su origen ... |
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| Corrido septembrino |
| Quiero cantarle a mi Patria de fulgores y destellos por estos caminos tan bellos que en septiembre se desatan. Decirle a mi M xico lindo que muero sin sus canciones, sin sus caballos de feria ... |
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| Ficción crepuscular - Soneto XIV |
| Traje a mi mente las cuantiosas cosas de mi casa a las seis de la ma ana, el cielo azul, las nacaradas rosas, el incienso de la iglesia m s cercana. El aroma de ti, enso adora, el patio con ... |
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| Las tardes solariegas - Soneto XIII |
| Estar rodeado de mis cuatro hijos en estas Navidades tan hermosas, trajo a m los sonidos ancestrales de fiestas muy lejanas y rumbosas. El murmullo de p jaros cantores, la lluvia que se cuela ... |
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| Las tardes solariegas - Soneto V |
| Ayer puse en tus manos dos sortijas y t a cambio el regalo de tu vientre, para iniciarme como nuevo padre con dos bronceadas y bonitas hijas. Tener en nuestra casa a unas mellizas de ... |
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| Tuxtla Siglo XXI |
| De ni o sub y baj por tus veredas de la Lomita, el Zapotal y la Chacona y excitadamente sudoroso me ba en la poza enladrillada. Y hoy, ya hombre veo que el Ca n del Sumidero por el norte se ... |
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| Quisiera de Neruda... |
| Quisiera de Neruda los romances de sus palabras con cimbreantes notas, y de L pez Velarde las compotas con su estilo de modernos lances. Del bate D az Mir n el aguafuerte, de Acu a su nost ... |
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| Ayudar a un hermano |
| Ayudar a un hermano es como besar la mano de Dios o levantar a un ngel ca do. Ayudar a un hermano... equivale a proteger a un p jaro herido. Es como darle de comer a un ni o, abrigar a un ... |
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| La emoción de las palabras |
| Ya vivi la emoci n de las palabras en los brazos de mi madre amada, cuando de ni o acarici mi frente y me regal la luz de su mirada. Su voz me pareci un arrullo de campanas surgidas del espacio ... |
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| Navidades |
| Te diste en pasadas Navidades a todos mis antojos soberanos, poniendo en las alas de tus manos el regalo de augustas veleidades. En ese Bel n de nuestro amor dilecto surcamos el mejor de ... |
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| Etéreamente |
| En un sal n de altas candilejas descubr muy lejana tu silueta, tu cintura delgada y bien formada se ve a en el marco de la puerta. Y la gente con estupor miraba tu gr cil pelo y tus lindas ... |
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| Hai Kais |
| I En un c nclave de monjes tibetanos te erigiste en la papisa de mis manos. II Erase que se era un rey a una yunta unido con su grey. III Los cangrejos corretean: ¡Fuera, listos y en sus marcas! IV ... |
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| La muerte |
| Se ilumin la tarde con sus grises en augustos aromas celestiales enmarcando en tama os abismales las hundidas formas de tus cuencas, tristes. Y luego, en mi coraz n te hundiste en busca de ... |
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| Sé que estás ahà |
| S que est s ah , tan peque o como una cris lida y siento que ya te amo en todo tu ser y en tu af n simbi tico. Eres una astilla del universo. Cual escultor del g tico, tu coraz n empez a cincelar tus d ... |
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| Una flor en el desierto |
| Fuiste una casta flor en el desierto entre espinas y cardos expectables y cuando hundimos en el mar abierto nuestras sombras y besos fantasmales. Y fue cuando rodamos por el cieno de una ... |
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| En la Cruz |
| Te diste al mundo entre maderos y una corona de espinas saturada del odio de una plebe empecinada en rencores y en instintos fieros. Ya clavado en la cruz pediste al Padre para tus hijos el ... |
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| Las tardes solariegas - Soneto XII |
| Se esfuman los esquifes en reflejos con los faustos de viejos amor os llen ndose de esquirlas en los r os las naves que surcaban a lo lejos. T , con luces de c lidos bosquejos le diste a mi ... |
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| Las tardes solariegas - Soneto III |
| Llegamos por fin al t lamo de amor despu s de sinuoso y calamitoso viaje, conduciendo por nico equipaje de Cuernavaca el aroma y su color. Despu s, recibimos perplejos los maitines de p ... |
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| Vuelo cósmico |
| En aquel andamiaje de planetas surgi del suave polvo de la nada la resplandeciente luz de tu mirada en el alba de cientos de cometas. Cubri ronse las aguas cristalinas del turbio mar con ... |