Listado de poetas en orden alfabético

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Julio Serrano Castillejos

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  Es abril muy dominguero... este mes tan caluroso, en donde supe gozoso que el casorio es mi venero y la " cruz " que yo m s quiero. Lo digo sin petulancia y con poco de ...

  Tus d cimas son geniales y rimadas con pureza y tal como el canto reza son de dedos desiguales. Son templanza en los trigales como hermosa seguidilla de la sangre de Sevilla ...

  Ojos extravagantes, precipitosos ojos, tuvieron en el vientre de mi madre la paz de sus tinieblas, sutiles manantiales, y vieron el latir de sus entra as. Luego al nacer hirieron sus ...

  El viento te bes furtivamente en fe convulsa de tu amor bendito, pero as pusiste en la casta frente todo el perfume de mi ser contrito. Y fue del aire clamorosamente sonoro y perspicaz ...

  Manos, mis temblorosas y delicadas manos, curtidas por el viento, a veces tercas y tambi n traviesas, te idas por el sol como espigas fugaces de mi aliento. Que fueran con sus dedos ...

  Oh caridad divina, tesoro entre mis manos, cuantas dudas de amor y cuantas bocas fr as. La mirada de un ni o nos une cuando vamos a soportar la noche lejos de las caricias. Emerges de los lagos ...

  Es la esperanza el toque que redime la tristeza, amiga de las noches tormentosas y el agua que los juncos riega es el golpe que damos al dolor, el balc n de una mirada y un aliento que nos da la ...

  Las metas se agudizan cuando el tiempo es hondo y m s sublime en el proyecto eterno de las cosas. La suerte se reprime si al tiempo le marcamos el paso de las horas. La tarde desolada es v ...

  Parsimoniosa vida… muerta la fe, el alma desolada, se escuda la raz n en la angustia de aquella su partida. En el ansioso nido brill tambi n la luz de la ma ana y es sombra condenable que busca ...

  El amor es pesar y siempre llora y gime, me dijo una mujer de voz fuerte y altiva … pero a veces tambi n con pausa sensitiva, remanso del honor y por dem s sublime. Si no me crees -tal vez- ...

  Percibes la tristeza de tu nido y de las aves el calor ausente, como copo de nieve impertinente a un paso del dolor y del quejido. Es la selva tal vez, el cauto ruido que vaga para ti ...

  Para bailar en Cuba prodigiosa se matizan los ritmos orientales en la cadera de cimbreante moza al quejumbroso ritmo de timbales. Es la isla, de todas m s famosa por sus danzas y l bricos ...

  Con tus piedras y granito de ciudad que fue romana, visigoda, musulmana y en el arte siempre un hito, llevaste la fe cristiana de preclaros caballeros y forjaste con tus hierros tu ...

  Perder lo sufrido y tal vez las tinieblas pero nunca tus ojos ni el romance de anta o. Se caer la hojarasca muy sutil en la niebla y los lirios ansiosos surgir n en tus manos. T tomaste mis ...

  Perder lo sufrido cuando despierte de mi sue o eterno y sea ya suprimido al final de aquel tiempo tan temido el tenebroso infierno. Refuerce el coraz n la palpitante historia a su manera y ...

  Yo pintar en el mar sobre las olas la marca del dolor que estoy mirando de aquel delf n que sufre el desamparo de un pobre mundo que se muere a solas. Y esculpir con mi lloroso ruego al ni o ...

  Se puso el carmes de mis rubores al rojo vivo de tu sol brillante y perfilado sobre el blanco guante el rictus de tus labios turbadores. En la luz de tus ojos so adores brill la tarde con pesar ...

  En la loca ilusi n del desvar o, la fe convulsa de mi amor pagano surgi de pronto como raudo rio en la vertiente del rumor lejano. Y quiso sin raz n, sin albedr o, cerrar la herida del candor ...

  Renacida sutil y con fragancia rasg la noche el delicado velo oy ndose gemir en la distancia el loco frenes de un lobo en celo. Verti la luz su suave quiromancia en la cascada sedosa de tu ...

  El poeta es un cham n que juega con el tiempo y un hechicero audaz plagado de nostalgias. Vibra con la luz del sol y el mundo es su templo en las noches eternas de paz y fantas as. El poeta se ...

  Sinuosa como el mar efervescente hoy te esculpes grandiosa en la monta a. Eres cumbre que aflora en los caminos y tiara que corona mis ma anas. Mirada de encastados se or os, de crespones de ...

  Se puso el pentagrama de tu cielo al servicio de aquellos tus asombros, dejando en el rinc n de los escombros las nubes enfermizas de mi celo. Luego surgiste con nimbado velo en suave brisa ...

  Si la raz n es buena y la justicia impera por ti renuncio al cielo y camino en tus pasos. Las fuentes de esperanza, la clave de mi espera… la augusta soledad del mar y sus quimeras. Si la bondad ...

  Misericordialmente, de la ventana pende la blanca rosa triste que del jard n cortaste y el beso angelical que t tal vez brindaste cuando toqu tu mano… parsimoniosamente. Y muy ...

  Agua pre ada de bosques... agua cubierta de niebla. Lluvia de mis amores... lirios de mi ...

  La bruma de tu faz sublime marca en la noche fugaz y transparente. El negro de tus ojos... siempre abarca las perlas de rubor serenamente. Esa urdimbre de luz tal vez tan parca de pronto ...

  Respiro soledad y sentimiento cuando lejos de ti tan solo miro que crece de dolor el desaliento y se enrarece el aire que respiro. Sea entonces ese amor un suave viento callado y tenaz como ...

  El toque de las horas quebrose en la distancia como nota de un clar n que gime, canta y clama. La miel de sus contornos se uni con mis penas cuando bes su boca de grana dulce y franca Sus ...

  Amor encadenado a mi alma triste: Te pido me la dejes y con suerte en el mismo rinc n en que me viste decida para siempre yo tenerte. Te digo en verdad… mi alma triste: El pomo de mis ojos ...

  Me excita tu pudor tan soberano y el alto palio de tu ser inmenso, el suave palpitar de aquella mano y el toque de tus labios tan intenso. En un div n azul de raso… fuiste la rosa perfumada en ...