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| Lluvia y charcos |
| Lluvia y charcos ten a el ed n florido de los a os lejanos de mi infancia y en ese mi solar de selva iluminado donde la tierra huele a quiromancia, a sol, a vida pura… sembr la latitud de mi ... |
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| Las palabras |
| Jugar hoy con las palabras y hacer de ellas caracolas, unicornios y un pu ado de certezas y amapolas, peripecias encontradas y un sinf n de mil maromas. Armar con las palabras ... |
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| Alma y cielo |
| Alma y cielo tendr sin maleficio el tren de la partida, con sus amplios vagones tan oscuros llev ndose la vida y corriendo al par del precipicio en la hora misteriosa… y luego para entonces ... |
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| Vida y sangre |
| Vida y sangre tendr mi sentimiento en todos sus minutos y en el brioso galope de una herida ser con sus espinas el domo salvador del pensamiento. Tiempo y ocio tendr cada partida en la vereda ... |
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| Savia y fruta |
| Savia y fruta ten a el desaf o del h medo aposento de mis cuitas y por eso pintado en carbonilla el lago reflejaba escalofr o en la penumbra aciaga de mis horas tan m as y marchitas. El silencio m ... |
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| Aniversario II |
| Sutil, como un campo de dilemas Y siempre a tu manera fue tu honor en mi portal maduro, cuando rendiste en el sitial m s puro tu fr gil primavera a nombre de tus quejas y tus penas. As ... |
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| De España la hidalguÃa y de México la nobleza |
| De la Espa a ca es la hidalgu a, de las almas aztecas la nobleza, de Sancho el escudero la entereza, del genio mexicano la fe m a. Si Espa a seductora… as empieza, luz y sombra del hombre que porf a y ... |
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| Morir |
| Morir, mirando abajo a los que antes murieron boca arriba, partir hacia el carajo y no escuchar del mundo la diatriba. Morir sin voces necias, sin escuchar ramplonas necedades… morir sin ... |
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| Las cosas absurdas de la mente |
| Por las cosas absurdas de la mente de pronto yo surg en el camino y pude fustigar a mi destino en mi noche fugaz y ambivalente. Y quiso mi quimera de repente mis hechizos pintar en gobelino con ... |
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| El fantasma |
| Si fueras un fantasma te dir a las cosas m s absurdas de mi mente y luego con honores dulcemente tus auras con la frente tocar a. Y digo yo, ¿poder… tal vez podr a tu figura incorp rea… acremente ... |
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| Gracias a Ti... Señor |
| Gracias a ti Se or, te doy las gracias por regalarme el paso de mi tiempo y por todas las cosas prodigiosas que bajo el sol me diste con la insignia distante de tu aliento. Te agradezco la luz y ... |
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| Sueño absurdo II |
| Cumbres, ardores y campi as vanas anuncian el est o o bien antes que nada reduzcan sobre el mar amplio y hura o la vanidad y el fr o. La soledad es vaga, una nostalgia rota en cada ni o y el paso ... |
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| Canto y risas |
| Canto y risas ten a la geograf a de mi solar brav o y supe transitar en sus corrientes, por sus vetustas calles y su sereno y palpitante r o. Cu ntas ansias de trasponer la noche en la lejana ... |
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| Los dulces tuxtlecos |
| Ya van surgiendo bien los sabores que Tuxtla hermosa me ha regalado en sus confines y sus vergeles. Sus ricos postres son el legado que desde ni o me dan las mieles en las aceras de su ... |
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| Rosa blanca |
| Brill tu candidez de blanca rosa en los pliegues de aquel nevado encaje llevando los bordados de tu traje los toques de la tarde primorosa. Y quiso as la tarde… veleidosa rotar la suerte en ... |
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| Dos preguntas |
| ¿Qu son los besos que te doy temprano sin el aroma del caf molido, que soy si beso tu extendida mano cuando oigo el canto de tu fiel ... |
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| Tendajón pudibundo |
| Cuanta pudibundez en la lejana y diametral sonrisa de tu rostro y en el abordaje albo y cauto quebrado de tus manos. El aire arenoso del invierno sin rubores enmarcaba la parsimonia de ... |
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| Amé |
| Tus pechos insaciables de ternuras supe amarlos en la noche suave y santa, en la cueva ardiente y solitaria del mosto de tus carnes fatigadas. Am el rojo y carmes de aquellos labios de ... |
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| En los vastos salones... |
| En los vastos salones orientales de la luna radiante, estupefacta, en la hora tal vez m s inexacta estallaron honrosos tus rituales. Con tus ojos cual amplios ventanales surgidos de la ... |
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| Tu melena |
| Como si fuera la corriente amarga de una laguna plagada de dilemas, cayose de mis manos fina daga al ver lo espeso de aquella tu melena. De esa melena que sent en el pecho furtiva y ... |
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| Soñaba |
| So aba con el negro de tus ojos y la sangre rojiza de tus labios en la noche nimbada de canarios y aderezada con claveles rojos. Absorto y ca do ya de hinojos con tu sombra tej los incensarios ... |
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| Sueño absurdo |
| Cumbres, ardores y campi as vanas anuncian el est o o bien antes que nada reduzcan sobre el mar amplio y hura o la vanidad y el fr o. La soledad es vaga, una nostalgia rota en cada ni o y el paso ... |
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| Oscuridad tirana |
| Pens que ya perdida en lo oscuro del tiempo circunflejo de inocencia sum bales por fin a tu conciencia la biblia de mi amor… audaz e impuro. Y supe oficiar en alto muro al sentir de tus senos la ... |
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| Tu talle |
| En el campo virtual de nuestra calle o tus pasos sonoros, perdurables, grab ndose el ritual m s memorable en mis ojos al ver las formas de tu talle. De ese talle gracioso sent su lejan a, ... |
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| He de probar la noche |
| En el derroche de la noche bruna del tiempo versallesco y escindido mis caricias rend temblonas y escondidas en el regazo de tu cruel olvido. Y supe fustigar ese momento mordiendo fuerte ... |
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| AgonÃa |
| ¿A d nde ir a parar tanta agon a si sufro como pobre enajenado. Si estoy conmigo mismo en un combate en qu paraje de esta pobre Tierra ser la sin raz n mi cruel dislate? ¿A d nde surtir nueva ... |
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| Una sonrisa - II - |
| Una sonrisa es como un secreto que se dice al viento, es la flor de la iron a de enajenada boca que la pasi n callada siempre implora. Es suerte seductora, es amuleto… tambi n es desvar o y fuego ... |
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| Sangre y alma |
| Sangre y alma ten a por la ma ana mi cuerpo empobrecido por las llagas que no se ven ni siento, pero a llan al pie del frontispicio. Y supe remontar el cruel misterio del galeno de voces ... |
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| El árbol de la vida |
| El rbol portentoso de la vida me dio el sabor de todas mis primicias, la percha del olvido en el dolor inerte y la jugosa fruta sollozante. De ese rbol cort furtivamente el vendaje sutil de ... |
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| Polvo y niebla |
| Polvo y niebla ten a mi caser o colgado de las sombras ambarinas del Tacan umbroso y pude saborear en sus vergeles las uvas del caf y sus esquirlas y el sumo del sureste en tiempos de mi n bil ... |